Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos.
Ruggieri engendró al Teatro Nacional, y el Teatro Nacional a la nueva y remozada caja de transformadores, de colores melocotón, paredes bandeadas y cornisas prefabricadas del más fino fibrocemento.
Y de ahí el proverbial slippery slope nos engendra el nuevo estacionamiento del nuevo y futuro Museo de Arte Contemporáneo. Aquí, el diseño vanguardista más contemporáneo se casa con el más académico historicismo y nos regala, pues esto.
Bienvenidos al Casco Viejo 2.0. Muitíssimo obrigado, Odebrecht!
Me parece una intervencion digna y con mucha sensibilidad. Los detalles de materiales nuevos se presentan elegantemente en contraste con los existentes, creando una dialectica contradecida en disonancia y armonia, y de esta manera tensando la experiencia del espacio intervenido…oh perate! estaba viendo un proyecto de Chipperfield!…