No se me ocurre ningún pie de foto que le pueda hacer justicia a esta imagen. Cuando salí de la oficina, esta cuadrilla de maridos de alquiler tenía suficientes letreros como para hacer un cerco completo alrededor de las ruinas de Los pilares de la patria. No me pregunten qué hicieron con el cadáver de la señora indígena. Amanecerá y veremos.