Lo mejor de estar enseñando mi curso de Métodosdeesploracióndesituacionesdearteydiseño es la oportunidad de revisitar la Universidad de Panamá y su cornucopia de monumentos y arte público. Empecemos con este modesto homenaje a nuestros gloriosos movimientos revolucionarios estudiantiles (y todos sus grupos de tres letras y dos números), que lamentablemente no ha envejecido con mucha gracia. Una pareja de estudiantes (como lo demuestran los libros que llevan en la mano) caminan hacia la luz con bandera ondeante y un pedazo de cadena.
La joven, de aretes de resorte, lleva una sonrisita soberbia (seguramente en desafío a los tiranos y capitalistas) y un suéter sobre su camisa (lo que demuestra que la escena sucede temprano en el año escolar, cuando los aires acondicionados todavía funcionan).
El joven, de peinado elaboradamente engominado y ojos del tamaño de la boca, mira el sol con el ceño fruncido, tal vez buscando estornudar. Su desafiante puño ya no se eleva al cielo, sino que cuelga flácidamente hacia un lado, víctima de algún vándalo burgués.
Y lo más vergonzoso del asunto es la impúdica exhibición de las técnicas secretas del maestro escultor: styrofoam de floristería, ropa vieja, goma y pintura color bronce. Sólo lo mejor para nuestros mártires.
Cada cierto tiempo chequeo tu blog, y la verdad todavia no paraba de reirme de las piernas inexplicables del crucifijo de JPII en Albrook, cuando vi tu reseña de las estatuas de tu alma mater… creo que me voy a hacer pipi de la risa…
Asique cuidadito con lo que escribes sobre el potencial numero de librerias catolicas en panama (su numero es legion), que si hay gente que te lee, ves??