
Esta es una historia sobre Panamá. Una historia sobre desarrollo, edificios, y progreso. Una historia sobre la desaparición del pasado construido de una ciudad en constante cambio y sobre cómo los afectados hacen resistencia, pero también sobre cómo los demás ciudadanos responden a un acto de de-urbanismo. Y ya sé: esas historias que son nuestro pan de cada día difícilmente son noticia por estos lares, pero el asunto es que esta historia no se da en Panamá, sino en San José, Costa Rica.

Esta es la zapatería Panamá, un local de dos metros cuadrados que hace varios meses se quedó solo, rodeado de lotes recién demolidos. Cuenta Amelia Rueda:
Quien cambió el paisaje de esa esquina fue el Ministerio de Salud. Ante una denuncia, la institución hizo una inspección de las estructuras, de madera y con hasta más de 100 años de antigüedad.
“Eran ruinosas e insalubres”, precisó el director de la región Central Sur, Guillermo Flores Galindo.
El ministerio declaró inhabitable el sitio y emitió una orden de desalojo que debía hacerse efectiva el 24 de diciembre [de 2014].
Feliz navidad, y para que vean que en Panamá no es el único sitio en que esas cosas se hacen en feriados.
Todos se fueron. Todos menos el habitante del más pequeño de los locales.
Don Carlos ha hecho de todo para mantener vivo el legado de su padre, quien abrió el negocio hace cinco décadas; y el de su abuelo, quien le enseñó el oficio de zapatero. Primero, con la asesoría de un abogado, interpuso un interdicto de amparo de posesión ante el Juzgado Segundo Civil de Mayor Cuantía de San José, luego; un recurso de revocatoria con apelación en subsidio ante el Ministerio de Salud y, finalmente, un recurso de amparo ante la Sala IV. […]
Hasta que no se agote la vía legal, Salud no ejecutará acción alguna, según reconoció el propio Galindo, por lo que don Carlos, de momento, puede seguir operando su negocio.
Y ahí está aún, en la esquina de avenida 1 y calle 28, una torre (en comparación con los escombros que la rodean; un hombre entre las ruinas) que se yergue entre orgullosa y temerosa, protegida con banderita y rótulo: un monumento a la panameneidad misma que en mi mundo ideal sería la sede de la Embajada de Panamá en Costa Rica.

La zapatería Panamá replica en centroamericano los primeros 15 minutos de Up, o de la historia verídica de Edith Macefield, cuya casa en Seattle terminó rodeada por un centro comercial de cinco pisos cuando ella se rehusó a vender.
La zapatería Panamá es un documental esperando a ser hecho. Dice Marcos López:
…uno ve la casita de chapa de 1 metro y medio por tres, mas o menos, en el medio de la ciudad de San José de Costa Rica y no hace falta investigar mucho para tejer la historia.
Bajo del auto y le pregunto al hombre si puedo filmarlo. Acepta rápido. Es mas que evidente que necesita hablar. Que le hace bien hablar.
Lo filmo cámara en mano. Pregunto en voz alta con tono de voz como si estuvierámos saliendo en un programa de T.V. en vivo.
El hombre se emociona. Se le quiebra la voz cuando habla de que el oficio de zapatero lo aprendió de su padre. Que el negocio está hace 50 años.
Se queda a dormir para que no lo echen. La propietaria y el Minisiterio de Salubridad lo quieren echar porque no tiene baño, o no me acuerdo bien las razones.
Carlos Antonio Aguilera Giménez.
Le digo que elija la mejor bota para la foto. Me cuenta la historia de su papá y de su abuelo. Me cuenta como se hacen las botas a mano.
Resiste. Resiste y resiste. Tiene una fuerza en su tono de voz como para aguantar con el cuerpo a una topadora. Habla de que la fuerza se la da Jesús. Y yo por primera vez entiendo lo que signfica Jesús y para que sirve la fé.
Mientras tanto, además de inspirar múltiples artículos sobre la lucha de don Carlos, el fenómeno urbano de la zapatería Panamá se ha convertido en un fotogénico destino turístico,

en modelo para estudios en acuarela,

o genial decoración de fondo para fotorretratos posturbanos.

Y si la precaria situación de la zapatería Panamá fascina, el efecto se magnifica cuando uno le ve la espalda—porque como todas las torres panameñas típicas, esta tiene un frente y una espalda. Y qué espalda: brillante y ondulada, un espejo que como 8 Spruce Street refleja el cielo josefino y la ciudad, o lo que queda de ella.

Increible. Toda una parodia (o mejor dicho un resumen) de nuestro País.
Este hombre fuerte era mi papa, gracias a todos por el gran valor y apoyo que le dieron a su arte y su lucha hoy 21 de noviembre del 2017 ya descansa en paz pero su historia y legado quedara plasmado en la historia de Costa Rica y el museo nacional . Dios lo tenga en su gloria.