Si todavía necesitan una excusa para ir a Guatemala YA MISMO, les presentamos Ciudad Cayalá. ¿Y qué es eso, preguntan? Pues veamos:
Como siempre, The Guardian lo explica todo con pelos y señales.
Guatemalan developers are building a nearly independent city for the wealthy on the outskirts of a capital marred by crime and snarled by traffic. At its heart is the 34-acre (14-hectare) Paseo Cayala, with apartments, parks, high-end boutiques, church, nightclubs, and restaurants, all within a ring of white stucco walls.
The builders of Paseo Cayala say it is a livable, walkable development that offers housing for Guatemalans on a variety of incomes, though so far the cheapest apartments cost about 70 times the average Guatemalan’s yearly wage. It’s bordered by even costlier subdivisions begun earlier. Eventually, the Cayala Management Group hopes to expand the project into Cayala City, spreading across 352 hectares (870 acres), an area larger than New York’s Central Park.
Bastante más exhaustiva es La Prensa Gráfica:
Todos tienen algo que decir de la nueva Ciudad Cayalá. Hay quienes dicen que es perfecta. Que Léon Krier –el urbanista que diseñó el pueblo de Poundbury para el príncipe de Gales– vino a Guatemala y la delineó para que algún día sea tan afamada como la Antigua. Dicen que es una ciudad de hermosos edificios de patio, amplios sectores peatonales, restaurantes gourmet, un edificio que parece sacado de la antigua Grecia, apartamentos de lujo y salidas de parqueo que emulan a las estaciones del metro de París.
Dicen que Cayalá es impoluta y que es la urbe mejor diseñada de todas en la región. Que pronto tendrá un hospital y un gran cinema. Dicen que es una ciudad construida para personas y no para los automóviles.
Hay otros que aseguran que Cayalá solo es una burbuja. Un espacio reservado para unos pocos ciudadanos y no para todos. Aseguran que segmenta a una urbe que ya está segmentada, como todas las capitales centroamericanas. Que es un modelo plástico como Disney World. Aseguran que solo es un reflejo de la crisis de inseguridad que vive el triángulo norte de la región y el deseo de aislarse. Que uno de los últimos pulmones de la ciudad de Guatemala se pudo preservar mejor y que no es congruente con el Plan de Ordenamiento Territorial. Dicen que las élites se mudarán a Cayalá y perderán interés –si alguna vez lo tuvieron– en rescatar el decadente centro de la capital de Guatemala. Cayalá es el tiro de gracia.
¿Pero qué se siente estar en Cayalá? De nuevo, The Guardian:
Cars access the Paseo through a single gate and immediately enter an underground garage. Residents and visitors emerge on foot through gazebo-covered escalators decorated like art-nouveau Parisian Metro stations.
Private security guards wearing suits and small earpieces with clear cords stand hidden behind columns and ride Segway powered scooters around the development. Unlike most upscale malls and other shops in the capital, where private guards openly tote rifles, Cayala Promenade’s security guards carry concealed pistols.
At the centre of the development is the city hall with fluted columns where the owners’ association meets. As a part of the capital, Cayala City is governed by the same mayor and municipal authorities. However, as in other private properties in Guatemala, the country’s laws only allow the police to enter the premises with a warrant. If responding to a complaint, officers must wait at the gate and be authorised entry.
In most of Guatemala City, frantic car horns and «banda» music blast from street corners and buses. In Paseo Cayala, visitors sip on hot chocolate and lattes while perusing storefronts. English-language jingles play on loudspeakers throughout the town centre.
La historia de dónde salió esto amerita un documental, pero si no tienen diez minutos el resumen es Leon Krier, 2011.
A esta hora ya varios de ustedes deben estar llamando a Copa a reservar su vuelo a Guate, pero para los que todavía están por acá, les presentamos un fotorreportaje de nuestro reciente recorrido.
1.
A menos que hayas llegado a pie, o que tu chofer te haya dejado en la entrada, todas las visitas a Cayalá empiezan atravesando —cual Orfeo— el inframundo: un interminable lote de estacionamientos muy de mall que se extiende por debajo de toda la parte central del paseo.
Todo cambia cuando uno sube a la superficie, excepto el sentimiento de que está uno en un mall. Lo primero que impacta de Cayalá es su blancura. Blancos son sus edificios y blancas son sus gentes (excepto su ejército de guardias de seguridad). Parece una maqueta, un render, un downtown de Disneylandia, una fantasía de un gringo que una vez vio una postal de La Antigua Guatemala.
Los edificios son raros. Cada parte, cada pieza, es de libro de texto “colonial” cuando se la mira individualmente, pero raramente tiene algo que ver con lo que pasa justo al lado. Las cuadras son Frankensteins de edificios Frankenstein, inestables conjuntos de miembros independientes que nunca llegan a cuajar en un todo cohesivo o coherente.
Recorrer Cayalá poniendo atención a los detalles es como visitar un showroom de ornamento cuasicolonial. En Cayalá están todos, y todos son diferentes. Cada arcada, cada vano, cada alero, cada cornisa es diferente. Pero aún así se siente todo igual, y no igual como uniforme sino igual como aburrido.
Esta ciudad es toda del mismo color, y está toda hecha de los mismos cuatro materiales: estuco pintado blanco hueso, madera pintada chocolate plano, piedra gris para articular la arquitectura y techos de teja.
Uniformes también son los usos en planta baja: locales comerciales finolis. Aún así, el sitio no se siente como un centro urbano multiuso, sino como un mall recién construido. Cayalá es un mall adonde uno puede vivir.
Y aunque se ha dicho mucho que Cayalá es una ciudad a la escala del ciudadano y no del automóvil, los tamaños de los edificios son masivos. Olvídense de esas plantas bajas de La Habana Vieja que son dos veces más altas que las del Casco Viejo; esto acá está a otro nivel. Caminar junto a esas arcadas le deja a uno en la boca un sabor que en vez de Alberti es Albert Speer.
Yo nunca he ido a Florencia, pero he visto postales y eso. O tal vez Granada (Nicaragua o España) es así. O Sforzinda. Sí, esa.
Cayalá abruma los sentidos. Se siente completamente nueva y artificial, aséptica e inhóspita, pero se entiende cómo los legos pueden sentirla auténtica e histórica, e incluso bonita. Así, Cayalá es desvergonzadamente condescendiente con sus visitantes, asumiendo que se van a comer el cuento y comprar el simulacro.
2.
Los edificios en Cayalá son esquizofrenia construida. El todo no se parece a las partes, y las partes entre sí jalan cada una en su propia dirección. Algunos diseños parecen hechos barajando opciones al azar, como este endeble portal de palillos sostenido por una arcada ciclópea con claves exageradas y el obligatorio vano con frontón.
U otros con precarias simetrías en planta baja que no alcanzan los niveles superiores. ¿Es esto un solo edificio? ¿Son dos? ¿Quién es la madre de estos niños?
De tanto tirar por escopeta, naturalmente algunos edificios salieron menos monstruosos, como algunos pequeños ejercicios casi Paladianos, pero que para todos los efectos quedan sepultados por su contexto. Y qué contexto.
También hay ornamentos extraordinarios, como este pórtico con regordetas columnas toscanas pareadas bajo un extrude que es mitad capitel y mitad fachada churrigueresca.
Veámoslo más de cerca, shall we?
Todo debajo de un edificio que, por supuesto, no tiene nada que ver con lo que pasa en su planta baja.
Cayalá es la apoteosis del espacio público privatizado. Aprovechando la paranoia (muy bien basada en realidades) de la inseguridad en Guatemala, ofrece gratuitamente a sus visitantes un sitio tranquilo y seguro adonde deambular, todo bajo la omnisciente supervisión de las CCTVs, que desafortunadamente no vienen en modelo colonial.
3.
Como toda gran ciudad, Cayalá tiene sus varios edificios emblemáticos, esos que saldrían en sus estampillas. Empezamos por Cinépolis, en la Plaza Mayor, que tiene un pie en el barroco eclesiástico y otro en el art deco (claro, porque es un cine), aunque algunos elementos se sienten achaparrados.
Digo, miren esos balaustres con enanismo.
Nota suelta: la grúa esa estaba montando el letrero del Starbucks. Pero yo lo que estaba fotografiando era la esquina streamline, muy Cine Lux.
Y fotografía más bien, el condenado, especialmente durante la magic hour, y con el obligatorio monumento a San Juan Pablo II en primer plano.
Luego entonces, y en la misma Plaza Mayor, la Iglesia Santa María Reina de la Familia, una basílica Opus Dei (por supuesto) que por ahora está construida desde el ábside hasta el crucero. Pero ya habemus valla render de la fachada frontal.
Habemus también campanile, súper colonial corintio, y con una discreta cruz en la cima.
Y que por dentro tiene una escalera de caracol a todo lo alto, por supuesto, sostenida por unas vigas asimétricas súper contemporáneas.
Pero sin lugar a dudas hay un edificio que es el mejor de todos. Empecemos el reveal muy gradualmente, para que lo disfruten. Como casi todos los otros, este está amalgamado con otros ocho, de modo que es difícil esclarecer adónde es que empieza, pero hagamos el esfuerzo. Tenemos una supermanzana Cayalá de esas normales, que de repente tiene una torre octogonal…
…que se transforma en un portal casi pariteño (excepto porque los postes miden 15 metros de alto), que se transforma en… en…
…¡un frontón de templo! ¡Aleluya! Señores y señoras, con ustedes el Gran Salón Azaria de Cayalá (née El Athenaeum). Ninguna descripción le haría justicia.
Explica el comunicado de prensa:
El edificio Azaria de Cayalá se erige al centro de Paseo Cayalá con la excelsitud de un Partenón griego. El arquitecto estadounidense, Richard Economakis, elaboró el diseño de este portentoso centro de convenciones. El diseño fue presentado en el 2008, ante la fundación Prince of Wales en Londres, ganando inmediatamente prestigio y reconocimiento a nivel internacional.
El edificio posee una torre con techo cónico en forma poligonal. Los ventanales barrocos iluminan el salón principal, evocando la arquitectura clásica colonial. El atrio del Club se encuentra coronado por un graderío similar al de la Iglesia de Santo Tomás en Chichicastenango, uno de los templos más icónicos de Guatemala. La cantidad de gradas representa cada uno de los días del calendario maya.
Pues sí, frontón con un cobarde óculo en el tímpano. Las columnas tienen éntasis, y felicitamos por ello al arquitecto. Claro que el adelgazamiento empieza a la mitad del fuste y no en el primer tercio, pero beggars can’t be choosers.
A las esquinas del pórtico las columnas van triplicadas, por supuesto, que aparentemente es lo que se estila en estos lares. Pero veamos esos capiteles. ¿Qué orden es el que se usa para el Azaria?
Nada de hojas de acanto, señores: estas columnas están coronadas por ocho mazorcas y una cuerdita. Es el Orden Centroamericano, el Orden del Maíz.
De nuevo, el comunicado de prensa:
Las columnas de ingreso cuentan con capiteles esculpidos en forma de mazorcas. Esta labor estuvo a cargo de la escultora guatemalteca, María Isabel Madriz. Los capiteles fueron elaborados en arcilla, como símbolo perenne de la eternidad en la cosmovisión maya. El principio de este templo es traer de vuelta las raíces de la tierra, inspiradas en temas indígenas y coloniales.
Madriz explica que tardó dos meses en elaborar los 18 capiteles que coronan igual número de columnas. La artista elaboró cada capitel con ocho mazorcas que luego se convertirían en las 150 piezas totales. Los capiteles están enmarcados arriba por un ábaco y abajo por un lazo. La idea de fue lograr una reinterpretación del famoso capitel de mazorca que elaboró el estadounidense Benjamin Latrobe, hace unos 200 años.
Ya hemos dicho que en Guatemala todo tiene que ser acerca de algo, y El Gran Salón Azara de Cayalá no es la excepción. Pero no solo tenemos al Partenón y Chichicastenango, sino que aquí (como de seguro en todo el resto de Cayalá) cada elemento arquitectónico es una orgía de referencias cultas.
Detrás del pórtico está el vestíbulo cívico, el cual es adaptado para el European Market Halls. Las ventanas en el lado este están inspiradas por la fachada de la vieja Universidad de San Carlos de Borromeo, en Antigua Guatemala.
En el lado oeste, la gran pérgola rememora las históricas columnas de madera de la arquitectura guatemalteca tradicional. Las esquinas del edificio exhiben ventanas similares a las encontradas en las intersecciones de las calles de Antigua Guatemala. “El edificio caracterizado más prominente es la torre octagonal, que memora la visión de la cocina tradicional de cúpulas encontradas en toda Guatemala”, puntualizó Economakis.
4.
Cayalá es una ciudad a medio hacer. Como somos unos degenerados, inmediatamente corrimos a los límites, los bordes de la civilización, para documentar el punto de contacto entre este simulacro de antigüedad con las realidades de un sitio de construcción. La frontera la marca un muro, que se presta para unas fotos buenísimas.
Esta condición limítrofe también se da en el intramuros. Como en Panamá, los edificios de Cayalá tienen cara y espalda, y esas fachadas posteriores son interesantes ejercicios en la austera utilización de muros ciegos y vanos reducidos.
Aunque algunas otras espaldas son laboratorios para combinar ornamento, o para instalar esas piezas que no dieron la talla para las fachadas frontales.
Vista general con capas y capas de seguridad perimetral.
También en estas periferias encontramos nuestra instalación artística favorita, un jardín de hardscape adonde uno no puede evitar ver un Stiftung Denkmal für die ermordeten Juden Europas.
5.
Cae la noche en Cayalá, y las calles se adornan con mil guirnaldas de lucecitas.
De noche, el bullicio en planta baja contrasta con la oscuridad de los pisos superiores. Cayalá es aun una ciudad fantasma adonde la fiesta no termina. Al diablo con la ley seca.
Pero no podemos irnos sin antes volver a visitar el Athenaeum, que de noche flota magnífico sobre sus invisibles escalinatas mayas. ¡Adiós por ahora, Cayalá! Te has ganado un espacio muy especial en mi corazón, y siempre te llevaré conmigo. ¡Hasta siempre!
Este documento es una obra de arte!!! visite a esta pagina creyendo encontrar mala leche, pero me encuentro con una recopilación idílica de lo que un cínico es capaz de hacer cuando cuenta con los medios, al mismísimo estilo de Cayala. empieza recordando el contexto en el que se plasma, por que una rosa, es mas hermosa cuando crece en un basurero. Pero eso ni siquiera es de lo mejor ya que continuamos recordando que es simplemente un «mall» ya que es obvio que un lugar en donde venden es eso mismo, y por lo tanto como todo mall de mundo es bacio y carente de sentido pero «ojo» que como no podía quedarnos mal el cinismo juega una extraordinaria carta ya que una de las peores cualidades, no solo de Cayala, si no de todo Guatemalteco es que todas las cosas tienen un significado oculto valgame pedazo de obra de arte. Así continua con criticas y mas detalles de algo que a nadie le importa envueltas siempre en ese sarcasmo tan molesto que agobia los sentido y hace odiar a la persona que te sugirió leer este articulo.
la cosa no termina aquí, y mientra observamos una leve critica social que se transforma en una critica a todo lo que la arquitectura puede brindar que se transforma en… en… un Cinismo Satírico ¡Aleluya! Señores y señoras, con ustedes el gran articulo de este caballero. Ninguna descripción le haría justicia. es de admirar este gran trabajo ya que nunca había visto tanto cinismo es una sola persona y mientras lo admiro desde la distancia, me quedo con el deseo de haber entendido bien el sarcasmo, que esos deseos de regresar sean una burla final y la guinda del pastel de cinismo que me tomara unos minutos vomitar.
El feoclasico de costa del este se queda corto y asombrado ante tanta majestad. Duelale a quienle duela el cheque vino y se fue, asi como ladrones bien formados estos «arquitectos» han sabido vestir bien al estos «reyes» como en aquel cuento. Solo le falta aeropuerto al dichoso «complejo» para completar su aguda soledad.
Pues esa idea tenia Arzu de proponer que el nuevo aeropuerto se contruyera por Palencia, para que quedara cerca de ese complejo. Ahora entiendo por que el queria el aeropuerto por esa direccion.
lo más inteligente es leer a este arquitecto por completo, aunque me maté de la risa por este, entenderlo desde su preocupación por el feoclásico es amar su devoción arquitectónica. y tiene toda la razón. aunque hasta dar un paseo por el cementerio General de Guatemala es una enciclopedia de lo feo y mal puesto.
Les comparto una pequeña nota que una mañana en Cayalá me inspiró
http://impertinenteyo.blogspot.com/2014/05/un-vecindario-artificial-para-una.html
Pues claro que es en burla y, al menos, suena como que sabe bien sus términos técnicos de la arquitectura. Yo no veo ofensa acá mas que a aquellos involucrados en el diseño y respectiva aprobación de los mismos… Pero es que qué esperaban si han hecho algo tan desproporcionadamente feo con buen lejos (pero bien lejos). Lo único atinado del proyecto, y por lo que lo visito, es porque casi logra satisfacer ese anhelo de poder convivir con otras personas con «tranquilidad» en un espacio abierto en alguna parte de nuestra ciudad capital y no en un típico mall. Saludos, me gustó mucho el post y gracias por hacerme reír!
Vamos que solo te faltó sacarle fotos a los basureros y describir con sátira el tipo de manchas que tiene, pedazo de articulo.
Lo mejor ha sido el striptease de la supermanzana, tanta inconsistencia genera vitalidad. Y me he cagado de la risa con el Orden del Maíz.
Buen artículo. Vivo en Guatemala y doy fe de cuanto aquí está descrito. Cayalá es el sueño de un burro, algo como un intento de cuento de hadas que se queda en cuento. Un burro de oro, eso sí, al cual le rinden culto -y más de la cuenta- los arquitectos y la gente que oye sus trompetas. Cuantas veces hemos intentado decirlo, nos dicen que lo hacemos por resentimiento, pero este tipo aquí describe lo que quisiéramos que entendieran toda vez que decimos que es un sitio espantoso, por no decir cómico.
Que idiota… Lo que escriben aqui es una idiotes, yo vivo y soy de Guatemala. Y me cuesta cada centavo que gano, y ocasionalmente voy a pasear a PASEO CAYALA. Es un pinche centro comercial al aire libre como el Lincoln Mall en Miami Beach… Pero como igual en ese sector hay poca poblacion, un centro comercial sin gente es un fracaso — entonces como se resuelve? Simple, llevar a la gente a vivir alli con apartamentos y otros atractivos mas que solo tiendas y restaurantes.
No es una ciudad de hadas. Es un centro comercial al aire libre que disfrutan personas de distintos estratos economicos.
El problema aqui es la mentalidad de victim que tienen. Cambien esa idea tonta y degen de criticar las cosas que hacen otros Guatemaltecos.
A ver, yo también soy guatemalteco y vivo en Ciudad de Guatemala, además soy arquitecto. También voy de vez en cuando a PASEO CAYALA (aunque intento no hacerlo). Pero realmente no tengo que ser un genio para entender que Cayala es un estancamiento de desarrollo, ya se han mencionado tantos errores cometidos en este articuló, aunque me gustaría resaltar la mentira de que está hecho para el peatón cuando casi es obligatorio llegar en carro. Además tu comentario “que disfrutan personas de distintos estratos económicos” también es falso ya que no llega gente de nivel económico bajo a pasear a Cayala. El mejor ejemplo dentro de Guatemala es “Paseo La Sexta”; ahí sí llegan personas de todos los estratos sociales y no es necesario llegar en carro.
En el tema de arquitectura te lo voy a poner de esta manera; si tuvieras el dinero suficiente para comprar cualquier carro tendrías dos opciones; comprar el carro del año o comprar uno clásico. No mandas hacer un montón de partes, parecidas a partes de otros carros que te gustan para hacer el tuyo: o compras el clásico como es, o comprar el más nuevo. Por eso es que “Antigua Guatemala” tienen tanto valor, porque son edificaciones diseñadas y construidas en su espacio y tiempo. Cayala es un chiste en su forma arquitectónica, además que urbanísticamente trae consigo muchos problemas a la ciudad, desde la fragmentación social hasta, muy notablemente, el tráfico que genera.
No le entendiste, estás muy elevado… Lo que el otro compañero quiso decir es «es un centro comercial más» y salvo que todos en el país o todo el que llegara fuera arquitecto o experto «, a nadie le importa un carajo si estan proporcionados o no los edificios. Es un centro comercial de estilo «LifeStyle center» parecido a Santana Row en California.
Te cuento un dato, para ver si cachas, hace poco me visito un amigo de Japón, y quería conocer la ciudad, así que lo lleve por los lugares de nuestro lastimado y abandonado centro Historico, y le gusto; lo lleve al museo nacional de arqueologia, y le gustó; lo lleve a Cayala, y le encanto…
Lo dicho, es un centro comercial más, y si atrae el turismo extranjero, pues que sea bienvenido.
Creara trafico y se tendrá que llegar en carro, pero no hay que dejar de lado su lado positivo.
Me gustaria hacer el mismo ejercicio con cualquier centro comercial en Panama, en donde nada tiene identidad y todo termina siendo sobradamente ridiculo y aburrido. Tambien lo haria con sus edificios y su arquitectura. En Guatemala hay arquitectura hecha por arquitectos locales, en Panama todo viene de fuera, Panama completa es una ciudad que no tiene nada de urbanismo, entonces quien redacto esta nota no tiene nocion de ciudad.
Estuve revisando el blog de este sujeto, y de Panama solo habla una que otra cosa… Mientras que revisando sus comentarios, dice que le encantaría ver el Palacio Nacional de acá, ya te imaginaras.
El problema con este sujeto es que de verdad aparenta ser profesional, pero cae en un burdo intento de serlo, igual que cayala, tratando de aparentar algo.
Hombre… ¿Así queréis fomentar el turismo en vuestro país? Vaya ridiculez.
Hombre os lo dices en serio ?? que sentido tendria llevar turismo alli, joder tio
Qué raro, la gente criticando! Si no te gusta o no estas conforme, pues simplemente no vayas! Nadie se te esta incando porque estés ahí! Como que si el Mall dependiera de tu aprobación o tu estadía ahí 😉 ha HA simplemente otro más…
Faltó la crítica al «gigante» jajajja.
Centro comercial construido con remesas.
En serio, veamos la historia, cuando las masas invadieron el parque centenario y el parque central, los «ricos de pedigri» hiceron su plaza españa, y hasta colocaron despues la misma fuente que antes estaba en el parque central, o sea (con acento de la marro), hicieron su nuevo parque central; lo mismo sucedio con su Avenida Reforma, donde tenian sus casas de habitacion, cuando las masas se volcaron ahi, se movieron a la salida a el salvador, ahora no cabe un carro y las colonias han prosperado alla que ya nadie pasa. cuando las masas invadieron la USAC hicieron su Pancho Marroquin; en fin tu cayalayá!, que quiere hacer las veces de su antigua guatemala, que tambien las masas ya «ensuciaron», será invadida por esas huestes mugrientas, asi tengan mucho pisto y habra otro movimiento, a donde, no se!
El que le quiera encontrar tres pies al gato, se los va a encontrar. Bajo ninguna circunstancia y bajo ninguna situación se complacerá a todas las personas que les concierne un tema. Si tan feo es, mejor ser emprendedor uno mismo y conseguirse la plata para construir un lugar para las masas con «identidad propia» y las proporciones arquitectónicas correctas y lo más importante «coherentes» para que los críticos no tengan material para publicar y que le guste a todo el mundo. Yo lo que puedo decir de Cayalá es que sí efectivamente es una burbuja artificial, a la cual TODOS, absolutamente TODOS tenemos acceso, por lo menos para pasear e intentar desconectarnos un tiempo y refrescar nuestra mente de la agobiante realidad que vive nuestro país. Admiro a las personas que construyeron este sitio, artificial o no, se gastaron un platal y al final ellos corren el riesgo de nunca recuperarlo, porque por lo que he visto llega gente solamente los fines de semana y en Guatemala llueve 6 meses al año, lo cual dificulta más que esta mini ciudad abierta atraiga a más personas. ¿Por qué los «ricos» huyen de las masas? Porque las masas son la perdición de la sociedad. Son gente sucia, que no le interesa el bienestar del ambiente o de la comunidad, contaminan todo lo que encuentran a su paso, hacen pintas en las paredes, llenan las alcantarillas de basura, no cuidan su alimentación lo cual no les permite desarrollar su capacidad mental y finalmente les lleva a criticar siempre lo malo, desde el instinto más cavernícola del ser humano, como no es bueno para mí, no es bueno para nadie.
¡Venga uno de los rascacielos de la Ciudad de Panamá!
https://www.google.com.gt/search?q=ciudad+de+panam%C3%A1&rlz=1C1CHBD_esGT745GT745&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiyjZb7sp7WAhUG1CYKHdScAKoQ_AUICigB&biw=1366&bih=613#imgdii=YL65e2Kti_sxkM:&imgrc=TgcTWqey_E0HoM:
Hoy te comento varios años después en tu maravillosa critica a la arquitectura de este Centro Comercial, que dadas sus dimensiones, se posiciona como una ciudad, al ofrecer lo que dicha denominación ofrece normalmente.
Me quedo maravillado de tu enferma observación en los detalles, es espectacular ver como le encuentras la aguja en el pajar, se nota que estás experimentado.
Me maravilla tu entendimiento, pero aunque al principio pareces objetivo, es una lastima que te quedes en un intento burdo de critico arquitectónico. En tu sección de «arquitectura feoclasica panameña» y no se que nombre le pusiste a la tica y la shucoco que le pusiste a la nuestra, se nota una clara diferencia. Mientras que a Panama (ciudad que es una burla a la arquitectura desde su inicio hasta su final, empezando por el diseño lineal que tiene) le dedicas no uno, sino 2 post (de los que encontre) solo a Ciudad de Guatemala, mientras tachas de bonitos proyectos en tu querida panamá, que ni el canal pudieron construir por ustedes mismos, y que necesita financiamiento internacional (incluido el tico y el chapin) para mantenerlo, pero eso es harina de otro costal.
Como te colocaron en un comentario, copio y pego: «A lo mejor así nos brinda el arquitecto panameño con su conocimiento -ahora sí- arquitectónico, un punto de vista que pueda ayudar a solucionar los problemas de hoy y no solamente esbozar una sonrisa lastimera sobre esos cuestionables eclecticismos arquitectónicos que podemos encontrar en prácticamente cualquier parte del mundo»
Aunque estoy de acuerdo en muchas cosas sobre la arquitectura de mi país, y aunque me reí leyendo tu pequeño post, es curioso que tu misma persona, tu sentido del humor, tu maravillosa y enferma atención a los detalles, se relaciona tanto con Cayala, o todo lo que tachas de feo (incluidas tus 15 fotos de Panama y el centenar que nos metes a Costa Rica y Guatemala), ¿y sabes de que manera? sencillo, tanto cayala como tu, solo sirven para distraerse un rato, cayala esta a kilometros del «centro» y cuesta llegar, igual que cuesta llegar a tu blog. Ambos aparentan algo bonito, en cayala te tragas el chiste y lo vendes, mismo caso contigo y tus soberbias observaciones, pero si lo ves detalladamente, no es más que un intento burdo y absurdo: Cayala por intentar copiar a lo español, y tu persona por intentar demostrar cuan objetivo y sarcástico puede ser; y en ambos casos, tanto tu como cayala, terminan aburriendo. Es curioso, mientras mas miras Cayala o el shucoco, mas te das cuenta de lo feo, repetitivo o aburrido que puede llegar a ser… curiosamente, ofreces la misma sensacion en cada una de tus secciones de tu blogtafolio, la gran diferencia es que, Cayala me ofrece una distracción sana, tu blog solo logra que sienta tristeza por aquellos que de corazón quieran llevarte a comer algo a un centro comercial, y les salgas con otro portafolios de sátiras.
Sigue adelante con tu trabajo, pero así como en el Atlas de la arquitectura feoclasica panameña, te recomiendo antes leer un poco de la historia de los paises que visites, nosotros no somos panameños, porque si lo fueramos, creeme, le hubieras tenido que sacar 5 blogs solo a cayala.