Para quienes no tuvieron la suerte de estar en el Casco Antiguo ayer en la tarde, o a los que el tranque y/o el SPI no dejó entrar al barrio, La Prensa informa que los amigos de Odebrecht finalmente terminaron con sus adoquines y sus soterramientos. Claro que todavía no han terminado del todo, pero eso no importa. Claro que demoraron veinticinco meses y no los dieciséis prometidos, pero eso no importa. Y claro que se tuvo que ajustar el costo financiero original de 75 millones por unos cuantos milloncitos más, pero eso no importa. Misión Cumplida. ¡Confetti, fuegos artificiales, aplauso y jolgorio para todos!
En caso que necesiten la narración diametralmente opuesta de los hechos, la siempre entretenida página de la Presidencia muestra, tras una reseña y vídeos del evento de ayer, una galería con excelentísimas fotos de los logros. Una vez más, ni siquiera las cariñosas lentes de los fotógrafos oficiales hacen que esos adoquines se vean bien, y mucho menos como un pavimento nuevo recién instalado. Señores, si quieren un cursito de photoshop nomás llámenme, ¿ok?
Pero el punchline se lo lleva, como siempre, La Prensa:
SIN PLAN A FUTURO
Patrizia Pinzón, dirigente de la Asociación de Vecinos y Amigos del Casco Antiguo, indicó que le inquieta que se haya destinado tanto dinero y no se cuente con un plan de mantenimiento para este proyecto.
“Hemos sostenido reuniones con la Oficina del Casco Antiguo y nos dijeron que no tienen un presupuesto para mantener las avenidas del sitio histórico y reemplazar cualquier daño”, aseguró.
Pero eso no importa.
Es tan doloroso, triste, antihistoria, lo que por dinero y solo prepotencia, ambición y no me importa lo que han hecho estos señores.
EL GOBIERNO DEL CEMENTO Y LA COIMA.