Los genios no deben morir

Massive torso! Bravo!

Y se murió el «Maestro» Hector Lombana pues, tal vez de una rabia de ver que sus sobrevaloradas estatuas fueron canjeadas por el SPI por unas cuantas cajas de cerveza. Sabemos que está en el cielo, bebiendo ambrosía y jugando con sus queridos, fornidos querubines con sus pantaloncitos ricos y apretaditos.

Pero aunque nos haya dejado, el legado del «maestro» evidentemente seguirá brindando horas y horas de sana diversión, y no nos referimos a sus dieciseis hijos de polisilábicos nombres. Maravilloso «Un gran defensor del arte» (que conste que las comillas las pusieron ellos), el adiós de La Prensa, con sus referencias a reguetón y manos enyesadas, donde el «maestro» solloza:

Nadie tiene la razón para rasgarse las vestiduras. Solo a mí me han apedreado en la plaza pública. A mí es a quien están cercenando una parte de su alma…

Pero mejor todavía es el resumen de los más recientes resultados de la investigación,

La auditoría remitida por la Contraloría General de la República al Ministerio Público sobre el manejo de los fondos para la elaboración, diseño y ejecución de la escultura denominada Juegos de antaño […] determinó irregularidades como la adquisición no justificada de material de bronce, desembolsos por gastos no sustentados, y facturación de figuras que al final no fueron incluidas en la obra, lo que ocasionó una afectación económica por 48 mil 792 dólares a los fondos del Estado.

Tras la investigación […] se hallaron documentos relacionados con el desembolso para el traslado desde Colombia de la escultura Huacal de madera, de la cual no se ubicó evidencia que sustentara la recepción y utilización del bien, cuyo costo ascendió a 3 mil 320 dólares. También se observó la facturación de 55 figuras de paloma que no fueron instaladas en el monumento, y la no justificacación de la compra de 2.7 toneladas de bronce para el monumento por la suma de 9 mil 800 dólares.

 

Haciendo matemática burda, 48,792 de afectación total, menos 3,320 del transporte del huacal que no llegó, menos 9,800 de bronce injustificado, igual 35,672; entre 55 palomas, igual 650 por paloma… no está tan mal, no?

Y no se queda atrás El Siglo, que naturalmente es mucho más divertido de leer que los artículos anteriores. Notable que el valor de las estatuas es ahora de millón y medio (debe ser por la devaluación del dólar), y que hayan involucrados un joven del programa ‘Contigo Juventud’ del Despacho de la primera dama, dos unidades del SPI (a uno de los cuales se le encontraron unas zapatillas robadas en la casa) y tres funcionarios de mantenimiento del parque.

Pero definitivamente el premio se lo lleva nuestro corresponsal Sr. Flaca Ushuaia, who wrote at 10:15am

Bajo la penumbra de la medianoche, un bulto cargaba a un cuerpecito inmóvil, se trataba de uno de los niños de los “Juegos de Antaño”. Sin poder gritar, los 20 pequeñines fueron cercenados y las 22 palomas capturadas sin que su aleteo despertara la menor preocupación durante dos años. Algunos ya lo habían visto, incluso en el depósito una pierna fue vista separada de su cuerpo.

Queremos aprovechar esta oportunidad para recomendar encarecidamente a las autoridades competentes que a manera de homenaje póstumo en memoria del «maestro», se aproveche para devolver a Colombia, su país natal, toda aquella invaluable obra que se encuentra depositada en nuestro país. Estamos seguros que así lo querría el «maestro.» 

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5 comentarios sobre “Los genios no deben morir

  1. SEMBLANZA
    Un encuentro con Héctor Lombana
    ANTONIO PRADA FORTUL, –
    GUSTAVO TATIS , EL UNIVERSAL
    HÉCTOR LOMBANA (1930-2008).
    , COLPRENSA
    EN SU ÚLTIMO viaje a Santa Marta, el escultor dialogó con indios koguis.

    Hablé por primera vez con Héctor Lombana, el escultor, durante una lluviosa noche paramuna.

    Coincidimos en la Embajada de Haití durante la conmemoración del aniversario de la independencia de esa nación hermana tan ligada a nuestros afectos más queridos y por el agradecimiento por el gran aporte de soldados haitianos y africanos de nación a nuestra independencia.

    Me llamó la atención en el Maestro Lombana, su manera de libar las bebidas, eligió el ron isleño que en esa reunión era abundante pero poco solicitado por los presentes quienes preferían otro tipo de licores.

    Se lo tomaba seco escanciándolo en su boca, levantando la copa con mucha pericia y dejando caer el ron como cascada, «aunque sólo puedo beber whisky, de vez en cuando me tomo algunos tragos de ron» me dijo después, su curiosa manera de tomarse el trago, me hizo recordar al finado “Yoyo Gómez”.

    Cuando nos vimos en el abigarrado salón, me encontraba con el agregado cultural de Haití en ese entonces, Dominique Trouillion, un reconocido periodista y escritor haitiano y además, destacado sacerdote de la llamada religión lucumí.

    Señalándome alegremente, dijo con su voz arronada y cálida a quienes lo rodeaban: “Este es de los míos”.

    Sonreí al escucharlo ya que los únicos presentes de oriundez caribeña que tenían ese aspecto, éramos los dos.

    “El vestuario y nuestra gestualidad nos delata”, me dijo estrechando mi mano.

    Me presentó al embajador de Marruecos quién era practicante de la religión islámica y solo tomaba jugo en esas reuniones cuando estaba acompañado de funcionarios de esa embajada, pero cuando visitaba el apartamento del maestro, bebía con la fruición de un estibador de Hamburgo o de Bremen.

    Es un musulmán bebedor me decía mientras amistosamente palmeaba la espalda de Ahkmet Abdul Salem.

    Hablamos mucho de San Basilio de Palenque, de Cartagena, Africa y especialmente de la práctica religiosa de los yoruba, tema que le apasionaba al Maestro.

    En esa ocasión fue cuando lo conocí de cerca, tiene mas parecido a un agricultor de Kosovo o a un patrón de pesca de Sásari que a lo que en realidad es y representa este risueño ser humano, un gigante del arte y un patrimonio vivo de la escultura no solamente en el caribe, sino también en el mundo.

    El Maestro Lombana es un hombre que eterniza la historia de los pueblos en las piedras, en los metales y en la madera, es un oficiante de la palabra, un sacerdote del dodecámeso que dominaba el milenario arte de los taironas y arhuacos en América y de los bantúes, yorubas y dahomeyanos en Africa, en trasmutar las palabras e imaginarios de esos pueblos, en simbologías pétreas que perduraban en el tiempo.

    Hoy, tres años después de esa conmemoración, de esa fiesta haitiana en Bogotá, nos reencontramos en el barrio Torices en Cartagena, en la casa del director de la Revista “Entre Columnas”, Alfonso Taborda González, orador fiscal de la Logia Estrella de Salomón Nº 78, quién invitó al Maestro Lombana a una comida caribe, a un menú criollo, consistente en arroz de frijolitos, carne puyada, guisada con canela y panela, plátano en tentación y ensalada de tomate con cebolla en gruesos torrejones. Al final como postre, un enyucado casero con poca azúcar a solicitud expresa del escultor, y agua de panela.

    Sonreía satisfecho cuando hacíamos alusión del menú que le recordaba su pueblo en el Magdalena grande, Riofrío, aunque me crié en Aracataca, dijo.

    Héctor Lombana es un hombre de mundo y excelente conversador, una persona acostumbrada a reunirse con reyes y gobernantes de diferentes naciones y hablar con ellos con la misma naturalidad con la que se habla con el tendero del barrio o con la vendedora de frutas y dulces oriundas de mi pueblo (San Basilio de Palenque), en sus palanganas de aluminio abolladas por la severidad del uso cotidiano.

    La gestualidad corporal y el movimiento de sus manos, es similar a la semiología cabalística de un adivino gitano, a la de los babalaos nigerianos y de los iniciados en la Regla Abakuá.

    Tiene mucho charmé nuestro afamado escultor, se desempeña con mucha solvencia tanto en la atildada corte de los reyes británicos y el riguroso protocolo vaticano, como en el oscuro malevaje de las favelas brasileras y el mundo lumpenesco de las comunas de Medellín.

    Durante la reunión en la casa de Alfonso Taborda, recibió llamadas del Presidente Chávez, de Belisario Betancur, de Daniel Samper y del Maestro Botero.

    Cuando le dije lo de la entrevista me dijo: “Dejemos eso para mañana sábado en la tarde que nos vamos a reunir nuevamente, pero te acepto dos preguntas por esta noche y continuamos con la velada”.

    ¿Quién es Héctor Lombana?

    Asumiendo una actitud contemplativa similar a la de los jóvenes que se inician en los misterios menores en el cráter de Ngoro Ngoro en Tanzania en los momentos previos de las milenarias pruebas iniciáticas, responde con voz suave casi que en un murmullo: Soy un hombre Caribe a quien la suerte ha sonreído.

    “He sido ungido por ella. Desde pequeño tuve la fortuna de que mi trabajo fuera considerado y apreciado, soy un hombre soñador, siempre lo he sido.

    Me tocó luchar mucho en mis primeros años en el arte, pero la calidad y el saber interpretar de lo que se quería de mis esculturas, me abrió las puertas del éxito muy rápidamente.

    Algunas de mis obras las he soñado, cuando eso ocurre, me levanto de la cama y empiezo a hacer los trazos a la hora que sea. Esos son mis mejores trabajos.

    Tengo una numerosa prole, hijos, nietos, mi condición de artista me ha permitido conocer muchas mujeres de todas las nacionalidades, hermosas, regulares porque feas no existen, las hay de hermosos cuerpos que cualquier escultor desearía plasmar en una obra, pero en calidez, ternura y en el manejo del amor, creo que las mujeres del Caribe colombiano son excepcionales.

    He perdido la cuenta de las mujeres que he tenido pero hay algunas inolvidables como mi actual pareja y una mujer que conocí hace varios años, nativa de un pueblo de Bolívar llamado Mahates la que me marcó para siempre, aunque te cuento que en cierta forma la mayoría de las mujeres son lo mismo.

    Mi carrera me ha permitido conocer a mucha gente, soy amigo de varios ex presidentes norteamericanos, venezolanos y de todos los ex presidentes colombianos, del presidente actual, de mandatarios de todo el mundo y de muchas casas reales incluyendo la nobleza de España, ustedes acaban de apreciar que he durado mas de veinte minutos hablando con el presidente de Venezuela, voy a desarrollar un mega proyecto artístico, creo que va a ser la escultura mas grande del mundo y la voy a hacer en la cima del cerro de Caracas en Venezuela, esta se llama “El sueño del libertador”.

    Es una obra inmensa, calculo en mas de mil quinientas toneladas de bronce el trabajo este en casi dos hectáreas de terreno en el cerro de, de Caracas.

    Es un gigantesco proyecto único en el mundo

    Esta misma escultura la voy a hacer, financiada por el gobierno venezolano, en Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia aunque en dimnsiones menores.

    Ese es un proyecto que iniciaré en el 2.009 y en el 2.014 lo estaré concluyendo, en lo que a Venezuela se refiere.

    Necesitaré mucha mano de obra y atendiendo a Toño, me llevaré a cuarenta trabajadores de Palenque, estaré ausente todo lo que dure erigir esta obra la cual te repito, será única en el mundo”.

    En ese instante, el Director de la revista me apura y dice. ¡Otra pregunta y ya porque están sirviendo!.

    El Maestro Lombana sonriente dice: “La última que mañana hablamos lo que sea”.

    Ante la presión de mis compañeros de tertulia le pregunté: Maestro: Una persona como usted, que dice ser feliz, que está domésticamente amansado, y que no tiene afanes salariales ¿Qué le pide a la vida?

    “Le pido que me dé vida para culminar el proyecto en Venezuela. Necesito vivir, quiero vivir para ver terminado este proyecto con el que he soñado, ya está diseñado, planificado y proyectado. Sólo tengo que arrancar”.

    En esos momentos, la “secretaria de asuntos domésticos” de la casa Taborda dice: “La comida está servida”.

    Todos nos levantamos para dirigirnos a la mesa.

    La velada duró hasta la una de la madrugada. No volví a verlo.

  2. Señor Daniel, su ignorancia es crasa, por lo visto no sabe usted que un guacal no es mas que una caja de madera que se utiliza para embalar esculturas.
    El valor mencionado se refiere al costo de transporte, de la obra.
    Alli venia la figura de Arnulfo Arias,y el transporte lo pago mi padre.
    Por supuesto el guacal no se exibe ya que no es ninguna obra de arte.
    El transporte de los juegos de antaño, fue costeado por mi padre tambien.
    Las cuentas de absolutamente todo las tenemos en nuestro poder y pronto las llevaremos a Panama para aclarar toda esa sarta de mentiras y disparates que personas ignorantes andan diciendo.
    No me gusta el tono en el que se refiere al MAESTRO, y lo resalto en mayúsculas, porque asi lo era, obviamente usted no sabe nada de su trayectoria artistica, y nisiquiera conoce el hecho de que en nuestro taller de Panama, 150 personas recibieron clases gratuitamente, todas alumnos del INAC y la Universidad de Panama, y aparte de compartir nuestro conocimiento, tambien les regalamos materiales para que realizaran sus obras.
    Pero los panameños mediocres, atacaron al maestro motivados por la envidia y el temor, en vez de aprovechar el conocimiento de un maestro que abrio su taller a quien quisiera, porque su intencion era hacer escuela, gratuitamente.
    Rosana Lombana

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