
Los simulacros —llámeseles réplicas, reconstrucciones, reinterpretaciones, falsos históricos o entuertos— son el lado oscuro de la recuperación del legado arquitectónico. Mucho se ha escrito sobre el tema, pero en Panamá andamos como siempre felicianos sin meterle mucha cabeza a estos menesteres. Solo hay que darse una vuelta por el Casco Antiguo para ver docenas de atroces ejemplos, desde importantes hoteles hasta importantes iglesias; todas muy bonitas y muy históricas, pero completamente falaces. Para hablar de un ejemplo clásico del que ya nadie habla, me remonto al patrimonio histórico de este blog:
El 7 de noviembre de 2003 sucumbieron las estructuras del Arco Chato, que para esa fecha tenían 325 años en pie en el corregimiento de San Felipe. El próximo 18 de noviembre se iniciarán los trabajos de restauración, aunque gran parte de su historia quedará en los escombros.
Ariel Espino, director de la Oficina del Casco Antiguo, informó que los trabajos de restauración estarán a cargo del arquitecto Raúl Murillo. Las estructuras, dijo, se construirán con tecnología moderna, pero el recubrimiento será con los ladrillos que yacen en el suelo desde 2003, para que tenga una vista de la estructura original.
Reconstruir el Arco Chato con el material original es muy riesgoso – apuntó-, porque el diseño de las estructuras no era estable.
Sin embargo, reiteró que con los trabajos que se realizarán estas podrán verse como las originales.
[Y decía yo]
Entonces, en pocas palabras, el arco se cayó, pero fue culpa de los otros. Y lo vamos a reconstruir, porque somos buenos patriotas, pero como ya no somos tan buenos ingenieros como hace 300 años, no lo vamos a poder hacer como era, pero la tecnología moderna nos va a dar un arco chato que se va a ver igualito que el de antes. Así que nada de alarmar a los guías de turismo, que vamos a tener arco chato para rato.
Y ahí está sin ninguna pena ni gloria nuestra réplica de arco chato, inaugurada en abril de 2007. Y no sé ni cómo se nos pasó celebrarle su décimo aniversario.
Pero volviendo al presente, entre todas las opiniones encontradas y diferencias irreconciliables enfrentadas en La Prensa de ayer toca hablar de esta. Y dice:
La última palabra sobre la demolición de la casa Wilcox, en la provincia de Colón, la tendrá la Dirección de Patrimonio Histórico del Instituto Nacional de Cultura (INAC).
Esta semana, el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot) entregó a esa dirección del INAC el informé (sic) técnico que elaboró la Universidad Tecnológica de Panamá sobre este inmueble y los estudios que hicieron entidades como el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) y el Cuerpo de Bomberos de Panamá.
El titular de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Mario Etchelecu, señaló durante un recorrido por la provincia de Colón que lo más probable es que se demuela y se haga una réplica, aunque subrayó que Patrimonio Histórico decidirá al respecto.
Así, casual e imparcial.
Etchelecu sostuvo una reunión esta semana con la nueva directora de Patrimonio Histórico del Instituto Nacional de Cultura, Ariana Lyma Young de Policani, la cual tiene en sus manos el futuro del antiguo edificio.
Al respecto, Lyma Young de Policani manifestó que cualquier edificio del Conjunto Monumental del país será salvaguardado, “siempre y cuando” cuente con las condiciones necesarias para su restauración.
Entonces no sabemos qué dice este “informé (sic) técnico” de la Universidad Tecnológica, pero en abril Patrimonio Histórico se estaba oficialmente inclinando por restaurar. Decía La Prensa:
La Dirección Nacional de Patrimonio Histórico del Instituto Nacional de Cultura (Inac) consideró que la histórica casa Wilcox, ubicado en el casco Antiguo de Colón, es recuperable y no debe ser demolido (sic), como recomendó el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc).
“En la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico nos amparamos en estudios precisos realizados por diversos actores que cuentan con la idoneidad debida para dar sustento a las decisiones. En el caso del proyecto de ‘Restauración Casa Wilcox’, los últimos informes con los que cuenta la dirección presentados por el contratista indican que la estructura es recuperable. Dichos informes presentan además las técnicas para su recuperación”, señala la dirección en un comunicado divulgado este lunes 10 de abril.
Pero volviendo al presente, tenemos acá en la otra esquina:
Esta semana también la comisión de Patrimonio de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos se reunió para tratar el tema de la demolición del inmueble.
María Lombardo, presidenta del gremio, indicó que es “lamentable” que el Gobierno atente contra el patrimonio histórico. “Esto no es Disney, donde se pueden hacer réplicas de temáticas. Hay que cumplir con las normas”, acotó Lombardo.
En tanto, la arquitecta restauradora y directora de la Fundación Calicanto, Hildegard Vásquez, planteó que la casa Wilcox puede ser “perfectamente” rescatada.
“Odebrecht va a resultar siendo el mayor actor que hemos tenido en atacar al patrimonio histórico por beneficio económico”, añadió.
Y acota el Arquitecto Rodrigo Guardia D.:
Entonces, hagan sus apuestas, señores: ¿costosa y cuidadosa restauración, o rauda demolición y reconstrucción? ¿Cuánta fe tienen todavía?
Darien,
No deja de ser hasta cierto punto chistoso que un Rodrigo Guardia se ponga ahora a utilizar el ATH de ejemplo de restauracion, porque cuando trabajaba para el MIVIOT de Martinelli nos hizo la vida de cuadritos y si ese edificio no se demolió es porque soy una persona sumamente terca.
Saludos,
RR
>
Interesante y preocupante ,debemos ser participativos por parte de nuestra primera casa de estudios. Si me permites agregar que una de las razones por la cual ese ornamento conocido como arco chato,se desplomó,fue el incesante abuso de ruido y fuegos artificiales utilizados en las grandes producciones orquestadas en el antiguo convento de Santo Domingo,suele el paso indiscriminado de camiones y proveedores de servicios al área.
Trágico y fatal desenlace. (Trabaje para esa época como Asesor sin paga para INAC) y cuestione hasta la saciedad esas imprecisiones.