Antes que nada, háganse un favor y píquenle al play del vimeo este:
¿Ya se enamoraron? Pues de nada y a la orden. Si el genio de este avance que en realidad es una micro-película no los tiene ya mismo parándose de sus asientos para comprar su boleto, no sé qué es lo que tienen en el agujero donde alguien normal tendría su corazoncito.
La felicidad del sonido es una película de Ana Endara; pero más que eso, es una canción de amor visual al Panamá que se oye: una celebración de los sonidos que hace nuestra gente (y de la gente que los hace) y los sonidos que hace nuestro ambiente (y del ambiente que los hace). Aquí conviven audiófilos y melómanos, gente que vive para el sonido y gente que vive por el sonido, todos iluminados por una locura particular, y todos retratados en un exquisito blanco y negro. La felicidad del sonido es una película para disfrutar con los ojos cerrados, pero también es una película para ver con el audio en cero. Aquí, el cuidadoso diseño de sonido casi que se da de trompones con la dirección de fotografía, como siempre debería ser.
La felicidad del sonido se ha lucido en prestigiosos festivales de cine en Holanda y Costa Rica, y en Panamá se mostró en un limitadísimo y exclusivísimo preestreno en pantalla grande en agosto y en una limitadísima rotación en pantalla chica en diciembre, así que se les perdona que no la hayan visto aun. Pero este periodo de gracia está por acabárseles, gracias al 6to Festival Internacional de Cine Panamá.
Entonces marquen su calendario para el sábado 1 de abril a las 5 PM en la Sala CopaAirlines Cinépolis Multiplaza – Sala 6. Y vayan comprando su boleto, porque este tipo de funciones únicas a veces se llenan. En guerra avisada no muere soldado. No queremos llantos ni velorios.
Y hablando de poemas audiovisuales a la panameneidad
También como parte del Festival Internacional de Cine Panamá se va a mostrar Lotería, el más reciente éxito de Donna Conlon y Jonathan Harker. Esta pieza también es una celebración de lo que es Panamá, también retratada en exquisito blanco y negro, pero más que una canción de amor es un film noir. La cultura panameña, y nuestra obsesión con las promesas que simboliza todo lo que se parezca a una balota de marfil, se vuelve una novela de misterio con un desenlace sorpresa que no se pueden perder. Agárrense de sus perlas, señores.
Lotería comparte con La felicidad del sonido la directora (Ana Endara) y el director de fotografía (Victor Mares), y ese parentesco se nota. Yo estoy remando para que el festival la incluya como un corto, o un prefacio surreal antes del feature presentation del 1 de abril. Ojalá me hagan caso. Pero si no, Lotería se va a proyectar sobre el exterior de la nave de la iglesia de La Merced (frente al American Trade Hotel) el viernes 31 de marzo desde las 7 PM. Donna y Jonathan también van a dictar una charla informal sobre sus proyectos y metodología, intitulada Toca jugar con videoarte, el domingo 2 de abril desde las 2 PM en el American Trade Hall. Vuelvan a marcar su calendario, porque aquí tampoco queremos llantos ni velorios.
Y hablando de los programas educativos del Festival Internacional de Cine Panamá
Una última cuña: este año estoy estrenándome como docente invitado al festival, dirigiendo una limitadísima y exclusivísima caminata guiada intitulada Panamá: un manual de instrucciones. Y dice:
Panamá: un manual de instrucciones
Una propuesta para el Festival Internacional de Cine Panamá
Darién Montañez. 2017.Panamá es un lugar rarísimo. Lo que fue el primer asentamiento colonial en la costa del Pacífico americano está ahora sembrado de rascacielos, con un skyline de película que incluye casi todos los más altos de Latinoamérica. Incluso antes de aterrizar, el prospecto de sumergirse entre esas torres, esas autopistas, esas barriadas y esas selvas todas amarradas encima de las otras puede ser aterrador. Pero no teman, hermanos visitantes, después de asistir a esta sesión todo va a estar más claro.
La ciudad de Panamá es resultado de un constante revoltijo: de gentes y culturas, de ambiciones y pretensiones, de millones y millones y millones. La tendencia a lo vertical de su arquitectura y la tendencia al spanglish de su gente le ganan constantes comparaciones con Miami, a veces con orgullo, a veces con desdén. Este puente del mundo y corazón del universo ha sido siempre una encrucijada hiperconectada con las realidades de ultramar, y es en esta permeabilidad a toda influencia foránea donde reside —paradójicamente— la verdadera esencia de la panameneidad.
En esta sesión haremos un recorrido por la ciudad de Panamá, su tiempo y su espacio, sus pelos y sus señales, enfocándonos en lo bueno, lo malo y lo feo (especialmente lo feo). Tras una sesión teórica con conferencia magistral sigue una caminata guiada por el casco viejo donde veremos estas influencias en carne y hueso, desde las ruinas coloniales hasta los monumentos emperifollados y los pastiches contemporáneos. La meta es explicar la ciudad por igual a neófitos e iniciados con una lección de arquitectura para gente normal.
Una vez más, los cupos son limitados, así que reserve su cupo con tiempo escribiendo a industria@iffpanama.com. Acá tampoco queremos ningún llanto ni ningún velorio.