Y así termina. Dice La Prensa:
El gobierno aplazó la edificación de la torre financiera y pasará el terreno donde se iba a construir la obra al Ministerio de Salud (Minsa).
Ayer, el ministro de Economía y Finanzas, Frank De Lima, dijo que será el Minsa el que determine qué se construirá en el terreno donde estaba la sede de la Embajada de Estados Unidos.
“La torre no va a ir en la antigua sede de la Embajada de Estados Unidos”, aclaró De Lima para terminar con la polémica que generó el anuncio de las autoridades de construir un rascacielos en la avenida Balboa.
Horas después, el ministro de Salud, Franklin Vergara, anunció que en esos terrenos se edificará el nuevo Hospital del Niño.
Bueno, suficiente luto. Concentrémonos en el futuro. Más Hospital del Niño. Finalmente tenemos la oportunidad de solucionar la inexplicable inflexión escalonadamente curvilínea del edificio de Jesús Díaz: construirle una pareja simétrica para abrazar cual columnata de Bernini el parque del Santo Tomás.
¿Y cuánto nos ha costado el relajito? La Prensa:
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) pagó 7.2 millones de dólares a la firma de arquitectos Mallol & Mallol para el desarrollo de los planos de la torre financiera, y casi 300 mil dólares a la empresa Administradora de Proyectos de Construcción por demoler la antigua sede de la embajada estadounidense.
Normal. ¿Y qué dice la gente?
El Frente en Defensa del Patrimonio Nacional […celebra] la salida de “La Torre Financiera”, destinada a la actividad mercantil especulativa y el turismo de lujo, de este sitio histórico […]
De cualquier forma subrayamos que levantar un rascacielos con dinero del pueblo panameño, es un despilfarro que profundiza la injusticia social en cualquier sitio que se levante. […]
Asímismo como panameños defensores de nuestros recursos, le pedimos al arquitecto Ignacio Mallol que reintegre los siete millones de balboas al patrimonio público (B/.7,000,000.00), pagados por unos planos que evidentemente eran inviables. O en su defecto, que ofrezca sus servicios profesionales al Estado, valorados en la cantidad ya pagada, para el diseño de planos de futuras obras de infraestructura de carácter social.
Sting. ¿Será que ya tenemos un abono para las intervenciones urbanas en vía Argentina y calle Uruguay y para el Parlatino y para la Asamblea y para la Ciudad de las Artes y para el chorro de hospitales y para quién sabe cuántas otras vengan bajando? Y dicen que la arquitectura no da plata.
Creo que el STING es apropiado… aunque según escuché en reunión de la misma boca de mini-Mallol el plano de Calle Uruguay sería una «donación»….
Tan desinteresado el señor.
en esa firma mallol y mallol jamas van a regalar nada, no inventen, ademas el juega sucio, ahora esta plantado en las licitaciones, y tiene contactos de firmas españolas, para q le den la licitacion y el pueblo no sepa q es mallol y mallol la firma q esta detras de todo.