Una apostilla sobre Plan de Panama n° 357

En lo que aparentemente se está convirtiendo en una tradición acá por arquitectopana.com, después de publicar nuestra más reciente entrega hace tres meses se me han revelado datos adicionales que dan luces adicionales al misterioso plano de Panamá en la Bibliothèque nationale de France. Ergo, henos aquí publicando otra apostilla a nuestro cuento inmediatamente anterior.

Primero, sobre el plano de la catedral que aparece dividido en dos, comenta Wendy Tribaldos (comunicación personal, 5 de mayo de 2025):

El plano con la raya en el medio te está marcando la iglesia de madera vis a vis la de calicanto. Ambas coexistieron. Tomás [Mendizábal] y Jonathan [Hernández Arana] encontraron sus ref en la prospección arqueológica.

De hecho, mirándolo con más atención se ve que el rótulo de novellement finie aparece no sobre toda la iglesia, sino solo sobre la mitad frontal que da a la plaza, que es la que está pintada de rojito como los demás edificios normales del plano. Entonces ¿será que lo que nuestro cartógráfo misterioso indica es que esa iglesia de madera acababa de ser construida? La otra parte aparece marcada con puntitos rojos, lo que tal vez indica que se trata de un edificio en contrucción. De hecho, en nuestro plano esa textura solo se repite en la cuadra al sur de la catedral, en una sección del convento de los Jesuitas al lado de su Eglise.

Acerca de la cronología de las dos catedrales, veamos el resumen que hace Mendízábal (2020):

Naturalmente mucho se ha escrito sobre la historia constructiva de la Catedral […]. El proceso constructivo del templo fue largo y difícil según todas las fuentes consultadas. […] De la documentación y cartografía de la época se colige que se construyó primeramente una iglesia temporal de madera sobre la mitad oriental del predio, la parte occidental se separó para el eventual arranque de la construcción de la Catedral permanente de mampostería, y toda la margen norte se designó como cementerio. […]

El edificio provisional de madera estuvo listo en 1674 y fue, por lo visto, poco impresionante, en parte por la ruina de la mayoría de los vecinos y del gobierno local, que no podían costearse un templo lujoso. En 1706, el obispo Juan de Argüelles mandó reconstruir el edificio de madera, ya que el original se había arruinado, según posteriormente informó el obispo Bernardo Serrada en 1722. Esta iglesia de madera es aquella cuya planta en forma de T se muestra únicamente en el plano de Juan de Herrera y Sotomayor de 1716. Ocupa la mitad oriental del solar y, según la escala del plano, se pueden estimar sus dimensiones en aproximadamente 37 m de largo por 29 m de ancho.

Entonces, si en nuestro plano la catedral temporal de madera se señala como nouvellement finie, estamos hablando de después de 1674 (lo que resulta obvio), o, más probablemente, de después de 1706, si hablamos del edificio reconstruido para sustituir el original arruinado. Pero estas fechas parecen demasiado tempranas, porque si recuerdan nuestra publicación anterior habíamos quedado en que el plano era probablemente de entre 1729 y 1746. Aquí entra un dato señalado por Tribaldos (2025):

Para 1725, el obispo Agustín Rodríguez Delgado levantó en la Catedral de madera «con el más ardiente celo i atenta devoción (…) un Retablo mayor bastantemente vistoso, dorándole perfectamente pintado toda la capilla mayor y haciéndole un arco toral». Adicionalmente, hizo «un púlpito dorado, una nueva tribuna para los músicos del servicio de la iglesia y un órgano (…) que aunque no está en estado de manejarse ha sido por inhabilidad del que le ha hecho…»

Entonces, tal veeeeez es que nuestro cartógrafo misterioso vio esas relucientes remodelaciones de 1725 y pensó que toda la catedral de madera acaba de ser terminada. Porque pensando como un buen devoto, ninguna catedral está terminada hasta que tiene su retablo. Si nos creemos esto, podemos confirmar 1729 como límite temprano para echar el plano. ¿Y el límite tardío? Acá Mendizábal nos aporta una pista de esas que después que uno la ve no puede dejar de ver. Y dice:

Por desgracia, el 3 de febrero de 1737, el denominado Fuego Grande azotó la ciudad de Panamá, destruyendo el 95% de los edificios de intramuros, incluida toda la Catedral de madera. La obra de mampostería de la nueva Catedral, ya avanzada, no se vio afectada, pero [el obispo Pedro] Morcillo [Rubio y Auñón] informa que, al estar tan cerca de la de madera, sí se quemó la techumbre recién instalada en la de fábrica.

Después del incendio no se reconstruyó el edificio de madera, y las funciones catedralicias fueron trasladadas a otras iglesias.

Claro, el Fuego Grande. Dice Tejeira (2001):

Volvamos a ver nuestro plano misterioso:

Y ahora veamos el plano por Nicolás Rodríguez de 1749 (12 años después del Fuego Grande).

¿Notan como en el primero todas las cuadras del intramuros están bien completas y en el otro hay buco lote baldío? Esto parece indicar que nuestro plano misterioso muestra la ciudad antes del Fuego Grande, mientas que el de 1749 se ve cómo, como dice Tejeira, “en pocos años se reconstruyó buena parte de lo quemado, quizás un 30%”. ¡Eureka! Nuestro plano es de antes de 1737, y de después de 1729. Yo digo que declaremos el misterio de la datación suficientemente resuelto, y pasemos al asunto de la autoría.

Tomás Mendízábal (comunicación personal, 4 de mayo de 2025) nos refirió a otro mapa misterioso (aunque no tanto), archivado en la Biblioteca del Congreso y reseñado por Hernán Araúz (2014).

Este es un plano manuscrito de la segunda ciudad de Panamá, hoy Casco Viejo, que es parte del atlas Cartes et Plans de L’Amerique, uno de los tesoros cartográficos de la Biblioteca del Congreso. El mismo es atribuido al gran cartógrafo francés Jacques Nicolas Bellin, como lo son la mayoría de los mapas en este atlas. El plano cobra un valor especial al haber sido posiblemente hecho por la mano de este gran cartógrafo.

¡Eureka! He aquí la conexión francesa. La Biblioteca del Congreso describe Cartes et Plans de L’Amerique como “A composite atlas of maps of North and South America and adjacent islands and oceans predominantly by Jacques Nicolas Bellin, including 17 manuscript maps, of which 8 are signed by Bellin. Dates on maps vary from 1717 to 1744. Title and date annotated in ink within etched title cartouche. Plates numbered in ink with a title often annotated on verso.” Como estamos salados, esta lámina no tiene ni firma ni fecha, pero la caligrafía es súper igual a la del plano de Cartagena, que sí está firmado “Par N. Bellin, 1739”. Y como todos los demás planos manuscritos firmados tienen la misma fecha, podemos presumir que el nuestro también es de 1739.

Claro que 1739 es dos años después del Fuego Grande, así que toca presumir que las cuadras enterecitas que muestra Bellin indican que estaba trabajando con información vieja.

Y ahora la hora de la verdad. Si montamos este plano probablemente por Bellin y probablemente de 1739 sobre nuestro plano misterioso, resulta que son casi exactamente iguales:

Comparen y contrasten:

El plano de Bellin (?) no muestra el revellín frente a la Puerta de Tierra, pero ese es uno de esos rasgos que parecen aparecer y desaparecer de los planos a través del tiempo sin mayor ton ni son. Tampoco muestra ningún indicio del proyecto de expansión de las fortificaciones del frente de tierra, que se estuvo proyectando desde 1680 hasta 1776. Pero una coincidencia muy notable es que el plano de Bellin (?) también invierte los nombres de los conventos de Las Monjas y de San Francisco, lo que es un error único que solo comparte con nuestro plano misterioso. Pero, ¿cuál plano vino primero? ¿Será el plano misterioso un borrador usado por Bellin para hacer el suyo? ¿O será una copia calcada descaradamente para mapear las nuevas fortificaciones planeadas por los ingenieros militares españoles? Va a tocar aplicar a una beca de investigación con visitas a París y Washington para seguir averiguando.

Referencias

Araúz, H. (2014). Los mapas antiguos de Panamá y Darién, 1503-1879. Editorial Universitaria.

Mendizábal, T. (202o). De cementerio a osario: Arqueología funeraria de la nueva Catedral de Panamá. Anuario de Estudios Americanos, 77 (2), 545-576. https://doi.org/10.3989/aeamer.2020.2.06

Tejeira, E. (2001). Historia concisa del Casco Antiguo de Panamá en Angel Morúa Achiaga (Ed.), Ciudad City 2: El Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá (pp. 24-57). Publican Publishers.

Tribaldos, W. (2025). Tras la pista del Retablo Mayor de la Catedral de Panamáhttps://www.wendytribaldos.com/tras-la-pista-del-retablo.html

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