Ejemplo de por qué me encanta ir a Multicentro: este juego mecánico que se protege de posibles demandas de Disney poniéndole a Mickey unos ojos chiquitos y separados que violentan imperdonablemente las leyes de la pedomorfosis.
un blogtafolio por Darién Montañez
Ejemplo de por qué me encanta ir a Multicentro: este juego mecánico que se protege de posibles demandas de Disney poniéndole a Mickey unos ojos chiquitos y separados que violentan imperdonablemente las leyes de la pedomorfosis.