Yo sé que recordar es vivir, pero evidentemente la memoria nunca ha sido mi fuerte. Tanto es así que a veces se me olvidan hasta los megaproyectos más icónicos e inolvidables. Por ejemplo, dice la Garganta Profunda que es Twitter:
Yo también sé que a Twitter uno no debe creerle nada, así que tómense este tip con pinzas. Pero lo que sí es increíble es que en todo el extenso archivo de megaproyectos que viene siendo este humilde blog, se me haya pasado hacer mención de —y abro comillas— “uno de los proyectos arquitectónicos más fascinantes del continente americano”: Panamarina Pacific.
Esos fueron los cuatro minutos más largos del mundo, ¿no? ¿Alcanzaron a ver los cameos súper especiales del tornillo, el trump y media docena de Rivage Towers? But I digress. Hablemos de Panamarina Pacific.

Acompáñennos a un viaje atrás en el tiempo. La fecha era octubre de 2007, y Panamá era terreno fértil para todo lo que olía a megaproyecto. Tras meses de rumores y anticipación, dice Skyscrapercity que decía un comunicado de prensa de AFP:
Veinte consorcios españoles y franceses presentaron al presidente de Panamá, Martín Torrijos, un megaproyecto de 2.800 millones de dólares para construir isla artificial en el lado Pacífico del canal interoceánico.
El presidente del consorcio Panamarina Pacific, el empresario Carlos Llamas, informó de que grupos empresariales de Valencia y Madrid, algunos asociados con empresarios franceses, quieren construir en los próximos 10 años una isla artificial en la entrada Pacífica del Canal, unida por un puente al corregimiento de Veracruz, 15 kilómetros al suroeste de la capital. […]
Panamerina [sic] construirá una isla con la forma de la bandera panameña, en la cual se incluyen dos marinas, un puerto de cruceros, dos palacios de congresos, hoteles, tiendas y viviendas explicó Llamas. Llamas dijo que el interés de las empresas españolas surgió hace tres años.

Llamas dijo que Panamarina propuso la gobierno de Torrijos «una permuta de 115 hectáreas» en el corregimiento de Veracruz para construir un campo de golf de 18 hoyos, edificios públicos, un complejo residencial e infraestrucrturas de servicios públicos. «Nosotros, en vez de pagar una concesión nos comprometemos a construir un paseo marítimo paralelo a la playa de Veracruz en 2,5 kilómetros, reconstruir la playa y construir un hospital público, un colegio y una escuela de turismo,» dijo Llamas.
Igualmente, Panamerina [sic] tendrá que construir y mejorar las carreteras, 2.500 viviendas populares que entregará al gobierno, un tranvía por valor de 75 millones de dólares, el servicio público de iluminación de la calles y el sistema de alcantarillado, eléctrico y agua potable. «Este proyecto convertirá a Panamá en lo que es hoy España en turismo» aseguró Llamas. […]
El boom inmobiliario y turístico de Panamá atrajo al también Grupo Mall, español, que construye Los Faros de Panamá, un complejo de tres rascacielos con 1.716 habitaciones, un hotel cinco estrellas, centros comerciales e instalaciones deportivas.
Ay, ¿se acuerdan de Los Faros de Panamá? *suspiro* Pero volvamos a Panamarina. El proyecto fue presentado en Veracruz en diciembre. Decía La Crítica:
La construcción de una isla artificial en Veracruz que tendría el diseño similar a la bandera panameña está en la mente de arquitectos españoles y panameños, que esperan un contrato ley que les de luz verde para iniciar los trabajos.
El presidente de Panamarina Pacific, Carlos Llamas manifestó que leyes para este tipo de proyectos no existen en ningún país, excepto en Dubai, por lo que Panamá tendrá que crear una ley especial que contemple la construcción de una isla artificial.
¿Una ley especial? *cof, cof* Ocean Reef Islands *cof, cof*

La isla va a tener una dimensión de cuatro millones de metros, de los cuales 2 millones 700 mil metros serán de tierra firme y el resto será agua. La altura de los edificios será delimitada por el suelo y los aeropuertos.
Adicional, en tierra firme habrán muchas áreas verdes, porque habrá amplitud entre edificio y edificio. También la isla contará con tres palacios de congreso, donde se realizarán eventos deportivos y musicales.
Además incluirá una escuela de turismo y una de hotelería, embarcadero que podrá alojar a dos cruceros de tres mil pasajeros al mismo tiempo y parques deportivos que contarán con cancha de tenis, cancha de fútbol, cancha de baloncesto.
La construcción de la isla iniciará con la limpieza de la playa y su adecuación, que incluye convertirla en una playa turística similar a las de Europa: limpias, seguras, con infraestructuras como duchas, sombrillas, además de complejos turísticos como restaurantes y heladerías.
Una vez el gobierno de Panamá le dé el «go» tardaría un mes en iniciar la obra.
El presidente de Panamarina Pacific detalló que se han presentado al gobierno dos pre-estudios, porque hasta no tener el contrato ley obviamente no saben si esto va a ser una realidad o no.
Referente al peculiar diseño, Llamas dijo que es una alegoría a la bandera panameña, que tiene como fin que el turista al volar sobre ella quede maravillado y conozca algo más que el Canal.
Maravillados quedamos, definitivamente, nosotros y el Gobierno Nacional de ese entonces, como reportaba La Prensa:
“Una vez, la promotora tenga todos los documentos necesarios, le daremos la aprobación porque definitivamente será un proyecto beneficioso para el país”, dijo Rubén Arosemena, vicepresidente de la República, a pesar de que aún el Gobierno no ha revisado los estudios finales del proyecto. […]
Julio De España, ex senador de las cortes valencianas, quien es uno de los impulsores, manifestó que la obra, de iniciarse, tendrá 10 años para su construcción total y alegó que no se tratará de un proyecto de gobierno, sino de gobiernos. De España afirmó que tienen el respaldo del presidente Martín Torrijos.
Pero cuatro meses después, la cosa ya no pintaba tan bien. Decía La Prensa:
«Si a nosotros no nos dan luz verde, no podemos seguir gastando dinero,» dijo ayer el presidente de Panamarina Pacific, Carlos Llamas, quien lidera el proyecto turístico promovido por inversionistas españoles y franceses para hacer una isla en forma de la bandera panameña. […]
El empresario español lamenta que, hasta hoy, el Gobierno no haya dado señales de que el magno proyecto sea aprobado y que una permuta que incluye 230 millones de dólares destinados a resolver el problema de transporte y 70 millones para desarrollo social en el pueblo de Veracruz no haya resultado en una respuesta concreta. «Todavía estamos a la espera de que nos digan si realmente el proyecto va».
La directora de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), Ligia Castro, dijo que la firma aún no ha presentado un Estudio de Impacto Ambiental de Categoría III, el cual involucra proyectos que puedan tener un alto impacto, y que todavía falta la aprobación de otras autoridades, como la Autoridad Marítima de Panamá (AMP).
Llamas señaló que el estudio de impacto ambiental tiene un costo de 300 mil dólares y que en lo que va del trayecto, no piensan gastar más sin antes tener un documento legal que garantice la viabilidad jurídica del proyecto.
El empresario adelantó que, hasta el momento, lo que sí se ha hecho es un estudio de prefactibilidad técnica, que confirma que el proyecto es ambientalmente viable.
El responsable del estudio de prefactibilidad técnica, el arquitecto urbanístico Tomás Sosa, aseguró que este toma en cuenta aspectos urbanísticos, sociológicos, demográficos, parte técnica constructiva y posibles efectos ambientales y se concluyó que el proyecto es viable y los posibles impactos son «relativamente bajos».
Y en marzo de 2009, tras la Crisis Financiera de 2008 y en medio de la Gran Recesión, la cosa estaba peor. De nuevo, La Prensa:
Han pasado más de tres años desde que se presentó en Panamá el proyecto La Bandera, una isla artificial que se levantaría sobre el océano Pacífico, a 3.5 kilómetros de las costas de Veracruz. […] Un proyecto propio de Dubai frente a Veracruz.
En esos tiempos la moda era usar Dubai como un piropo.
Podría pensarse que la recesión global, el desplome del sector inmobiliario en algunos lugares del mundo y, sobre todo, la falta de crédito, esfumarían las posibilidades de este proyecto en Panamá.
Sin embargo, los promotores mantienen su confianza en la viabilidad y en la ejecución de un proyecto que en su primera fase supondría una inversión de 2 mil 500 millones de dólares.
“Este es un momento fantástico, ya que bolsas y bancos no atraviesan una buena situación y los inversionistas han perdido la confianza en ciertos productos”, señaló a La Prensa Carlos Llamas […]
Además, teniendo en cuenta el período de construcción de la plataforma marítima, cuando se empiecen las torres “habrán pasado, como mínimo, cuatro años. Para ese tiempo se espera que la crisis haya pasado y entonces habrá un producto único en el mundo enfocado a compradores y a turistas de alto nivel adquisitivo”, añadió.
Nada como un chapuzón de optimismo para empezar bien el día, ¿no?
Para que el proyecto sea ejecutado necesita, en primer lugar, que se firme un contrato ley entre el Estado y la empresa, puesto que se trataría de una concesión en suelo marino.
El borrador del contrato se encuentra en el departamento legal del Ministerio de Comercio e Industrias (Mici).
¿Y qué pensaba la gente?
El proyecto ha sido defendido por la comunidad de Veracruz, pero no todas las voces son favorables.
Mientras Llamas habla de “una oportunidad única para que el país dé un salto importante en el mundo del turismo y para la creación de un gran número de puestos de trabajo”, Álvaro Uribe, urbanista y miembro de Alianza Pro Ciudad, habla de que el único beneficio que creará serán puestos de trabajo temporales.
“Son fenómenos que se agotan solos y dejan un balance negativo para la sociedad”, aseguró el urbanista.
Uribe dice que se trata de “un proyecto meramente especulativo, como algunos en la avenida Balboa, que iban a ser los más altos de la región y lo único que se ha hecho ha sido aumentar el precio del suelo”.
*cof, cof* Palacio de la Bahía *cof, cof*
¿Y qué pasó? Acá La Prensa mantiene archivada una esquela mortuoria suya y de otros megaproyectos, publicada en noviembre de 2010.
Entre la gama de proyectos de inversión que se han promovido durante los últimos años en Panamá, existe una porción que no ha avanzado de ser una propuesta.
En la lista se encuentran varias obras que buscan convertir a Panamá en un centro de desarrollo energético y novedosas propuestas de edificaciones inmobiliarias.
Uno de ellos es el proyecto Bandera, que promocionaba el grupo de inversionistas Panamarina Pacific, para construir una isla artificial en Veracruz con la forma del emblema nacional. […]
La obra no tiene avance y solo se hizo la presentación.
Otro proyecto que levantó gran expectativa al venderse como el edificio más alto de América Latina fue el Palacio de la Bahía, cuyo valor superaría los 100 millones de dólares. Ubicado en la Avenida Balboa, la obra se vio inmersa en una polémica entre los promotores del proyecto y los clientes.
El edificio, de acuerdo al concepto original, contaría con una altura de 330 metros y 94 pisos.
Desde la propuesta, que fue presentada con bombos y platillos, solo queda el lote vacío donde se edificaría. Según fuentes del sector, en noviembre de 2009 venció el plazo dado por Ingeniería Municipal para comenzar la obra. Grupo Olloqui, a través de su subsidiaria Corporación Iberoamericana de Negocios, anunció modificaciones al proyecto, pero la construcción nunca se dio.
Aunque su promotor, Adolfo Olloqui, ha afirmado que no ha renunciado a la idea de desarrollar la obra, el proyecto fue excluido de la lista de la Dirección de Desarrollo de Inversiones Turísticas de la Autoridad de Turismo de Panamá que concede una serie de incentivos a las obras que cumplen con ciertas características.
En una situación parecida se encuentra el edificio Los Faros, del Grupo Mall de España, en el exclusivo sector de Punta Pacífica, donde solo se llegó a colocar la fundación, pero la construcción no se ha desarrollado.
Se agradece no enviar ofrendas florales. Paz a sus almas.